Dietas

Según un estudio que ha sido realizado en el Centro Nacional Cerebral y Cardiovascular de Osaka (Japón), la gente que basa su alimentación en las frutas, las verduras y las legumbres acostumbra a tener una presión arterial más baja. Una revisión de estudios que ha sido publicada en el “Jama Internal Medicine” se cuestiona, por tanto, si con una dieta vegetariana, se podría combatir la hipertensión.

De este modo, no haría falta tomar medicamentos para ello y enfrentarse a los posibles efectos adversos de los mismos. Se revisaron 39 investigaciones y se pudo comprobar que aquellos que habían estado sometidos a una dieta vegetariana tenían la presión arterial, tanto sistólica como diastólica, más baja que los que habían comido carne.

El estudio afirma que este tipo de dieta, además de ayudar a las personas hipertensas, puede ayudarles a bajar de peso, así como a controlar el colesterol y el azúcar en sangre.

La autora de la investigación mantiene que algunos problemas de salud podrían solucionarse simplemente haciendo cambios en la dieta: “Me gustaría animar a los médicos a prescribir dietas basadas en verduras como algo rutinario, y confiar en los medicamentos sólo cuando los cambios de dieta no hagan su trabajo”.

Todos sabemos lo que es el vegetarianismo pero no se oye hablar con la misma frecuencia del flexitarianismo. Sin embargo, son ya muchos los que lo practican. En realidad, ser flexitariano supone seguir los preceptos básicos de los vegetarianos, basando la dieta en la alimentación con frutas y verduras, pero permitiéndonos cierta flexibilidad a la hora de comer carne. Esta dieta tiene muchas ventajas pero no renunciamos a los nutrientes de la carne, pero no abusamos de ella.

Además, al reducir el consumo de carne roja, fast food, etc. también contribuimos a mejorar nuestra salud y a que disminuya el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares o cáncer.

El flexitarianismo es una buena forma de perder peso, ya que pasarás a comer muchas frutas y verduras, pero al mismo tiempo, estarás manteniendo una alimentación equilibrada al comer carne una o dos veces por semana. Para comer más proteínas, también puedes tomar legumbres y cereales.

Tampoco olvides los productos lácteos, los alimentos que contienen vitamina C y aquellos que te aportan hierro. Eso sí, antes de volverte flexitariano en toda regla, es recomendable consultar con el médico por si hubiera alguna contraindicación en este tipo de alimentación respecto a tus condiciones físicas.

Hoy voy a hablaros de la dieta cretense, procedente -como podéis imaginar- de Creta. Su población vive mucho más de lo normal en Occidente y no tienen tantos problemas cardiovasculares, por lo que es una buena opción si queréis reconducir vuestra alimentación.

Su sistema se basa en el consumo de frutas, verduras y cereales, pero también permite tomar pocas grasas animales, aceite de oliva, pescado, carne blanca, huevos y queso fresco.

Algunos consejos para seguir una dieta como esta son sustituir los lácteos hechos con leche de vaca por otros hechos con leche de cabra o de oveja, tomar pescado tres veces a la semana como mínimo, sustituir la carne roja por carne de ave o de conejo, tomar miel en lugar de azúcar y utilizar aceite de oliva, colza o soja en vez de mantequilla o margarina.

También es recomendable tomar uno o dos vasos de vino tinto al día y, como decía antes, consumir fruta y verdura de forma habitual.

No se trata de una dieta de un mes o dos, sino de un cambio en nuestro tipo de alimentación, así que hay resultados pero no esperéis una pérdida de peso inmediata.

Podéis obtener más información sobre la dieta cretense en Enfemenino

Recientemente, se ha hablado mucho de los hunza, un pueblo que habita en el valle del Hunza, en la frontera entre India y Pakistán. Muchos de los habitantes de esta zona llegan a superar los 100 años de vida y en general, todos parecen más jóvenes de lo que realmente son. ¿Cuál es el truco para esta aparentemente “eterna” juventud de la que disfrutan? Pues, según algunos investigadores, parte de su secreto radica en la alimentación.

En invierno, su dieta se basa en en el queso de oveja, los granos germinados y los albaricoques secos, mientras que en verano acostumbran a tomar muchas verduras crudas y frutas. Además de eso, toman agua alcalina y suelen hacer ejercicio.

Según las investigaciones de Robert McCarrison, toman unas 1.933 calorías diarias, pero dentro de esta cantidad apenas se incluyen las proteínas. Por su parte, R. Bircher asegura que tienen periodos de ayuno de forma regular.

Este pueblo apenas sufre enfermedades y afirman estar de buen humor casi siempre. Su dieta es prácticamente vegetariana, pero además tienen algunas costumbres llamativas, como los baños de agua fría, incluso en invierno. Recomiendan la actividad constante para estar contentos, sanos y sin estrés.

ltimamente hemos oído hablar mucho de la dieta Perricone. Probablemente, también haya llegado a vuestros oídos ya que recientemente varios medios han publicado que es la dieta que sigue la reina Letizia. Además, otros rostros conocidos, como Gwyneth Paltrow o Eva Mendes son fans de este tipo de alimentación, que promueve el Doctor Nicholas Perricone.

Lo novedoso de la dieta es que no solamente sirve para perder algunos kilos, sino que también es antiedad. Se basa, principalmente, en la ingesta de ciertos alimentos con propiedades antioxidantes. No siempre se pierde peso con ella, y está orientada sobre todo a que nos sintamos mejor, más enérgicos, pero sí es habitual que se adelgace un poco.

Los alimentos a consumir pueden dividirse en unos cuatro grupos. Por un lado, los que contienen proteínas de alta calidad, como pescados frescos, pollo, pavo, huevos, yogur natural, etc. Por otro, hidratos de carbono y fibra, donde incluimos cebollas, frambuesas, aceite de oliva, avena o limones. También se han de consumir ácidos grasos esenciales Omega-3, como salmón, atún o sardinas. El último grupo son las vitaminas antioxidantes (A, B y C).

Por el contrario, debemos evitar azúcar, café, alcohol, refrescos, etc.

Últimamente se habla mucho de lo avanzados que están los países nórdicos respecto al resto en según qué cuestiones, como la educación, pero no es el único aspecto en el que pueden presumir. En países como Dinamarca, Noruega o Suecia también cuentan con una dieta envidiable y nada complicada gracias a la cual su riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es menor y también su nivel de colesterol.

Este tipo de dieta prioriza el consumo de pescado azul, verduras, cereales, frutas y frutos del bosque, pero limita el de carne roja y azúcar, por ejemplo. Una de sus principales ventajas es que se reduce bastante el riesgo de obesidad y de diabetes, aunque no es un plan alimenticio diseñado directamente para adelgazar.

En este tipo de dieta, hay que tener cuidado con el mercurio presente en algunos pescados y también con algunos desequilibrios que pueden producirse al reducir el consumo de lácteos y de carne.

Por otro lado, se utilizan muchos productos frescos y también biológicos, evitando al máximo todo lo industrial, por lo que en general, resulta bastante saludable.

¿Dieta del chocolate? Pero… ¿Eso existe? Pues sí, existe y parte de un estudio realizado por Allan Stralvofr, un profesor de la Universidad de Umea, en Suecia. También habla de ello Will Clower en su libro “Eat Chocolate, Lose Weight”.

He estado informándome acerca de los motivos por los que el chocolate podría, en alguna medida, ayudarnos a adelgazar, y hay varias explicaciones plausibles. Por un lado, se supone que engorda más si lo tomamos solo que si lo acompañamos de alimentos ricos en fibra. Por otro, el cacao acelera nuestro metabolismo y transmite al cerebro la sensación de placer, por lo que no tendremos tantas ganas de seguir comiendo.

Hay un par de formas distintas para seguir este tipo de dieta. En una de ellas nos proponen tomar una onza de chocolate amargo antes y después de cada comida, incluido el desayuno. En otras páginas, sin embargo, hablan de ingerir seis onzas al día, pero todas de una vez, preferiblemente por la mañana o a mediodía.

Como en otras dietas, por llamarlo de algún modo -ya que es relativamente sencillo todo esto-, conviene cuidar nuestra alimentación al completo, alternándolo en este caso con una dieta de mantenimiento.

Para los que aún no hayáis oído hablar de la famosa dieta d la alcachofa, os explicaremos que es un plan que se basa en los numerosos beneficios de esta planta, entre los que destacan sus propiedades diuréticas y su gran efecto saciante. Además, también nos ayuda a eliminar las grasas con más facilidad, con lo que podemos llegar a perder unos 3 o 4 kilos cada semana.

En principio, no es recomendable continuar con ella más allá de un mes. Es preferible hacer algún descanso antes de continuar. Eso sí, una vez logres alcanzar tu peso, deberás hacer una semana de dieta de cuando en cuando para mantenerlo.

Además, como en otras dietas, se aconseja combinarla con el ejercicio físico para notar un mayor efecto en nuestro cuerpo. Hemos consultado por internet diferentes ejemplos de menú y hemos encontrado algunas cosas en común. Para desayunar, debéis tomar una pieza de fruta, pero nunca plátanos. Podéis acompañarlo de un café con leche desnatada.

A media mañana, se puede tomar un yogur desnatado, una gelatina o un zumo de naranja. A la hora de comer, debéis incluir las alcachofas. Podéis hacerlo en un arroz integral con alcachofas, ensalada de alcachofas con tomate y queso o alcachofas al horno, por ejemplo. Para merendar, una pieza de fruta o un vaso de leche desnatada.

Por último, para cenar, de nuevo incluiréis las alcachofas en algún plato, como alcachofas a la plancha con queso fresco, alcachofas rellenas de jamón, etc.