Empieza tu operación bikini con una “dieta de choque”

Con el buen tiempo empieza la operación bikini

De cara a la primavera todos y todas nos empezamos a preocupar un poco más por nuestra figura, por cómo nos veremos con ropa más ligera cuando digamos adiós al frío invierno. Abrimos el armario donde tenemos bien guarda la ropa del verano anterior, aquella que nos sentaba de maravilla y pensamos si este año entraremos o no en ella. Pasamos más tiempo mirándonos en el espejo, de arriba a abajo, por delante, por detrás y de costado. Observamos los michelines que han crecido durante el invierno a nivel de la cintura o bajo el trasero. La dichosa celulitis está un poco más marcada que el último año. Estamos apunto de volver a utilizar el bañador o bikini que nos compramos el verano pasado y puede que no nos quede tan bien como lo hizo entonces. Es hora de tomar decisiones serias. Sólo tenemos un par de meses, antes de que llegue el verano, para perder los kilos que nos sobran. No hay tiempo que perder. ¡Necesito un milagro!

Si te ves reflejado en esta situación, olvídate de los milagros, pues no existen. Lo que realmente necesitas es ayuda urgente de un profesional. Haz ejercicio a diario y acude a un nutricionista para que te paute una dieta hipocalórica adaptada a ti.


Mi dieta clave: la “dieta de choque”

Cuando acudís a mi con este tipo de consultas, siempre os planteo el mismo tipo de dieta. Yo la llamo “dieta de choque” y os voy a desvelar mis secretos para elaborarlas.

Estas “dietas de choque” son algo restrictivas en hidratos de carbono complejos y energía (hipocalóricas). De esta forma conseguiremos que el organismo utilice las grasas de reserva para obtener energía para realizar las actividades de la vida cotidiana. Es decir, al limitar la ingesta de carbohidratos, el cuerpo quema las grasas almacenadas en el cuerpo, lo que produce una pérdida de masa grasa, que se traduce directamente en una pérdida de peso corporal.

Además de restingir los hidratos de carbono, se deben elegir los alimentos que contengan menos materia grasa y utilizar la mínima grasa o aceite de cocción para las preparaciones de nuestros platos. Vamos a tomar el mínimo aceite posible.

Los desayunos suelen ser bastante completos. Es el único momento del día en el que incluyo la ingesta de algún carbohidrato, ya sea pan, cereales o galletas, todos ellos integrales.

Las medias mañanas y meriendas son fundamentales para recuperar energía entre horas y controlar la sensación de apetito. Además nos sirven para aportar azúcares de rápida absorción que nos eviten las bajadas de azúcares y con ellas, los episodios de desmayos o debilidad.

Los almuerzos estarán formados por una proteína de origen animal bajas en grasa, ya sea carne, pescado o huevo, un plato de verdura y una pieza de fruta.

Las cenas son ligeras y suelo incluir ensaladas, cremas, caldos, algún embutido bajo en grasa y algo de fruta o un yogur. Siempre tengo en cuenta que se mantenga una proporción correcta entre proteínas y verduras.

Por supuesto, siempre siempre siempre debemos acompañar nuestra dieta con actividad física diaria, para fortalecer nuestros músculos y con un aporte adecuado de agua, que nos hidrate bien el cuerpo.

Debido a que este tipo de dietas son bastante duras de llevar a la práctica y a que son restrictivas en nutrientes (carbohidratos) las planifico únicamente para una duración de 2 semanas consecutivas como máximo. Tras este periodo de tiempo, se hace necesario modificar el plan de comidas y adaptarlo más a una dieta equilibrada, para no comprometer así los procesos vitales del organismo.

Los resultados obtenidos son 100% satisfactorios

Las personas que realizan estas “dietas de choque” suelen estar muy contentas con los resultados obtenidos, pues en un par de semanas pierden bastante peso, se ven mejor, más ágiles, la ropa les empieza a quedar más holguera y se sienten con más ánimo para afrontar unas cuantas semanas más el tratamiento dietético.

No existe una cifra fija de pérdida de peso tras esta dieta. La pérdida dependerá de múltiples factores, como son la edad, el sexo, el ritmo metabólico, la capacidad de sacrificio de la persona a la hora de hacer el plan de comidas, el nivel de actividad física que realice y los kilos de grasa que deba perder.

Actúa contra los michelines del invierno y empieza tu operación bikini con una buena dieta de choque.

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