La miel

Hoy quiero hablaros de las propiedades de la miel, un alimento con el que no conviene pasarse porque es rico en azúcar y tiene un alto contenido calórico, pero que puede ayudar a nuestra salud en muchos sentidos. Para que os hagáis una idea, se trata de una sustancia con propiedades antibacterianas y antibióticas, lo que la hace ideal para prevenir o tratar resfriados, gripes, sinusitis, etc.

Hay diferentes tipos de miel, y algunas están especialmente indicadas para estos casos. Por ejemplo, la miel de romero, de espliego, de pino, de eucalipto, de encina, de tilo o de tomillo son muy recomendables para los procesos catarrales o gripales, y en general, para las afecciones de las vías respiratorias.

La miel también es muy utilizada para las infecciones bucales (en concreto, suele recomendarse la miel rosada), así como para tratar heridas y quemaduras. Puede usarse, por tanto, para una aplicación directa o bien para el consumo.

En este último caso, un truco que podéis utilizar es endulzar vuestras infusiones con una cucharadita de miel. De esta forma, además, ayudaréis a evitar el estrés y el insomnio. La miel de azahar, por ejemplo, está indicada para personas que quieran descansar mejor y que se encuentren pasando por períodos de ansiedad.

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