Existe una afición muy errónea en cuanto a las dietas en las que se suprimen alimentos y se sustituyen por píldoras, las cuales, se toman sin prescripción médica. Estas píldoras, están aconsejadas para perder peso y se dividen en dos clases: inhiboras y bloqueadoras de grasas.
Las primeras, se dividen a su vez en dos tipos.
-funcionan como dilatadoras del estómago, produciendo así saciedad y eliminando el apetito. Sus problemas consecuentes son el daño del intestino
-contiene drogas (anfetaminas, efedrinas), utilizadas para casos de obesidad. El gran problema de estas es la afección en el sistema nervioso y adicción, además de causar daños en el sistema endocrino
Las segundas, destinadas a la absorción de grasas, como su propio nombre indica, cumplen dicha función, impiden que las grasas sean absorbidas por el organismo y se expulsen completamente por la orina. Estas son recetadas solamente si se tiene sobrepeso, pero la obsesión de muchas mujeres por quitarse esos kilitos de más que les sobran, les lleva a la capacidad y el riesgo de tomarlas. Los problemas que se pueden encontrar son los siguientes:
-problemas cardiovasculares, pues se acelera el ritmo cardíaco
-aumenta la presión sanguínea, por lo tanto se sufre el riesgo de hipertensión
-sequedad en la boca
La dieta más adecuada, es aquella en que se consumen todos los alimentos de forma equilibrada, ya que el organismo necesita de todos los nutrientes y grasas, pero de una forma establecida y controlada, nunca de manera artificial.