Es habitual cuando uno empieza a cuidar su alimentación que empiece a fijarse en las cantidades que consume, a tomar más fruta y verdura y reducir el consumo de carne y dulces, etc. Sin embargo, también tenemos que tener en cuenta que hay otras muchas cosas que tomamos a lo largo del día que pueden arruinar nuestra dieta. Por ejemplo los refrescos, que aportan unas 90 calorías por cada 200 mililitros y que además pueden contribuir a que tengamos retención de líquidos.
También es importante evitar, salvo como capricho de cuando en cuando, esos batidos riquísimos de chocolate, fresa o lo que se tercie, decorados con nata, sirope, etc. Tienen una pinta estupenda y lo sabemos, pero este tipo de bebidas, así como los frappés que están tan de moda, tienen muchas calorías.
Por supuesto, conviene pasar del alcohol y los cócteles, que son algunas de las bebidas más peligrosas en las dietas. El vino, por ejemplo, tiene menos calorías que un combinado con ron o vodka, pero también nos aporta unas 80 calorías por cada copa.
En realidad, lo más sano sigue siendo siempre el agua, ya que hasta los zumos nos hacen engordar, así que está bien hacer excepciones cuando salimos por ahí a tomar algo, pero tened en cuenta que no hay que abusar de ciertas bebidas.