¿Zumo o nectar? Conoce las diferencias

¿Zumo o nectar? Conoce las diferencias

Cuando nos despertamos, lo primero que se nos vine a la cabeza es un buen desayuno, unas tostadas bien ricas, un café un poco cargado para empezar la mañana con energía y, cómo no, un zumo de frutas.

Este último producto lo podemos encontrar de varias formas cuando vamos a adquirirlo a un mercado, es decir, podemos decantarnos por néctares de frutas o por zumos. Aunque a priori suene igual, estos dos deliciosos líquidos son muy diferentes entre sí.

¿En qué se diferencian el néctar y el zumo?

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los zumos elaborados directamente de fruta exprimida son los más naturales, en comparación con todos los industriales del mercado, pues incluyen pulpa de esa fruta exprimida.

Aunque nada se comprare a exprimirlo directamente, muchos de ellos son elaborados para aguantar un largo periodo y al consumirlos parecen realmente frescos pues se conservan refrigerados.

El néctar, por su parte, se obtiene a partir de grandes cantidades de agua, azúcares o edulcorantes de zumo natural o concentrado (con un porcentaje de al menos 50%). Se conservan, para su posterior consumo, a temperatura ambiente en envases de pet o cristal brick.

Además, como tercera opción, podemos encontrar también los zumos que se generan a partir de una base de concentrado. Este proceso se genera tras eliminar del zumo de las frutas todo el agua para ser transportado, y tras ello, se vuelven a reconstituir para que alcance los valores de la fruta.

¿Qué bebida elijo según sus cualidades?

Zumo de frutas:

Localizado en la sección de refrigerados de nuestro supermercado habitual, el zumo 100% exprimido es el que más se parece a uno que se prepara directamente en casa con el exprimidor. Conserva una textura y un sabor similar a la fruta de pocos días, debido a que necesita una baja pasteurización para ser consumido.

Las propiedades que mantienen los zumos de frutas y características están unidas a un proceso de manipulación y elaboración del producto como todos los alimentos. Aun así, el resultado final conserva el aroma, sabor y color característico de las frutas con las que ha sido elaborado el zumo.

A pesar de ser lo más parecido a un resultado de exprimir directamente la fruta en casa, en el proceso de elaboración algunas cualidades nutricionales se ven alteradas en comparación con la fruta fresca, sobre todo el nivel de fibra que suele provenir de la pulpa.

Además, tras el proceso de elaboración, una gran cantidad de micronutrientes que normalmente están presentes en la fruta fresca, se estarían perdiendo notoriamente.

Néctar de fruta:

Esta bebida a partir de frutas contiene una parte de la pulpa que genera la fruta fresca tras ser tamizada, a cuyo proceso se le añade una cantidad de agua, azúcares o edulcorantes, ácido cítrico y algunos condimentos.

Cuando nos decidimos a comprar néctar de frutas debemos conocer que no vamos a conseguir saborear el mismo gusto que si queremos fruta fresca exprimida al instante. Esta elaboración se basa en ser zumos rebajados con agua, por lo que su intensidad y espesor son más ligeros.

Para la creación del producto final del néctar la fruta ha pasado por un proceso donde se ha desinfectado primero, luego pasa por pasteurización, vigilancia del Ph y de azúcares. Tras esto, se envasa finalmente en cualquier formato, ya sea plástico o vidrio, y se tiene que mantener a temperatura ambiente, no menor a 85 grados Celsius.

A pesar de que, tanto los zumos naturales como los néctares, conservan un sabor y propiedades beneficiosas para el organismo, además de ser un aliado contra el calor y cuando no tenemos apenas tiempo, no hay nada mejor que un zumo de frutas recién exprimido.

Pero, a veces las prisas no acompañan, o la falta de tiempo, por lo que recurrimos a este tipo de productos que cada vez más están trabajando por parecerse lo máximo posible a un zumo fresco 100%, y lo están consiguiendo.

El color de los vegetables

El color de los vegetables

Para mantener una dieta rica, variada y saludable en nuestro día a día es recomendable comer diariamente al menos cinco piezas de fruta y dos o tres raciones de vegetales, para así asegurarnos que obtenemos todos los nutrientes y vitaminas necesarios para nuestra salud.

Además de estas indicaciones, consumir frutas y verduras de variados colores es más beneficioso aún, pues estos añaden muchos más nutrientes a nuestro organismo y mejoramos así nuestra dieta.

¿Quieres conocer qué nos aporta cada color? ¡Muy atentos al Pantone de las comidas sanas y ricas!

Frutas y verduras rojas

El color rojizo en algunos vegetales hace que los productos contengan antocianinas y licopeno, sustancias ayudan a reducir el riesgo de enfermedades del corazón o de padecer cáncer.

Entre las más conocidas, y las no tanto, la amplia gama de frutas y verduras rojas son: cerezas, arándanos, manzanas rojas, pomelos, tomates, pimientos rojos, fresas, frambuesas, granadas, uvas, remolachas, rebanitos, cebollas rojas o patatas rojas.

Estos alimentos de color carmesí contienen vitaminas A, B9, C y un mineral esencial para los seres vivos, el potasio. Este elemento químico nos ayuda a conservar la memoria, evitar que padezcamos infecciones urinarias y mantiene el sistema inmunológico en plena salud óptima.

Frutas y verduras azules y de color morado

El color de los alimentos que ingerimos representa su valor añadido a las personas que las consumen, y las de colores azules o con tendencia a morados también cuentan con muchas propiedades beneficiosas.

Frutas como las moras, los arándanos, las uvas moradas, grosellas, ciruelas o vegetales como las zanahorias moradas, berenjenas y lombardas son famosas por contener una gran cantidad de vitamina C.

Este nutriente, esencial para el ser humano, por ejemplo, para la fabricación natural de colágeno. También, las frutas y verduras de estos colores contienen compuestos fenólicos y antocianinas. Los segundos, con grandes propiedades antioxidantes que nos ayudan a enfrentarnos a los radicales libres y reducen el riesgo de padecer problemas de memoria o enfermedades del corazón o degeneración macular con la edad.

Frutas y verduras de color naranja y amarillo

El elemento por excelencia que se encuentra dentro de los alimentos que presentan estos dos colores son los carotenoides. Estos pigmentos nos ayudan a todas las personas que consumimos frutas y verduras naranjas o amarillas a mejorar la función inmune y disminuir el riesgo de contraer enfermedades del corazón, problemas derivados de la vista o cáncer.

Algunos ejemplos los encontramos en las peras, los limones, el kiwi amarillo, los melocotones, las manzanas, piñas, caquis, melón, mangos, naranjas, papayas, zanahorias, calabazas, maíz, patatas o pimientos amarillos.

Además, estos bocados también contienen vitamina C, potasio y ácido fólico.

Frutas y verduras de color verde

El pigmento por antonomasia en las frutas y verduras de color verde es la clorofila. Esta biomolécula tiene grandes propiedades para quienes la consumen, y se encuentra en múltiples alimentos como el aguacate, kiwi, manzanas, col, brócoli, espinacas, espárragos, acelgas, col china, apio, perejil, lima, pera verde, judías o pimientos verdes, entre otros.

Muchas de estas frutas y verduras de color verde ayudan al organismo a prevenir que suframos cáncer o a mejorar el estado del sistema circulatorio. Además, los productos de color verde contienen zeaxantina y luteína, que nos ayuda contra la osteoporosis, mejorar la visión pues se unen también a las vitaminas A, C, B9 y K.

Frutas y verduras de color blanco

El color de las frutas y verduras que son blancas se debe a su alto contenido en polifenoles. Este grupo de sustancias químicas tienen unas propiedades antioxidantes denominadas antoxantinas, que de nuevo nos ayuda a reducir el padecimiento de enfermedades derivadas del corazón o un posible cáncer.

Encontramos alimentos como la nectarina blanca, los ajos, las cebollas, los puerros, coliflor, chirivías o plátanos cuyo alto contenido en alicina puede ser beneficioso al organismo para disminuir el riesgo de padecer hipertensión, cáncer, colesterol alto o accidentes cardiovasculares. Añadido a esto, los productos naturales cuyo color es el blanco también poseen vitaminas como C, B2, B3, B9 y minerales como el potasio.

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Importancia de las proteínas en la dieta

La proteína de la dieta es necesaria para dos cosas fundamentales. La primera es para el mantenimiento de la proteína corporal, evitando, con un buen aporte de éstas, la pérdida de masa muscular. La segunda es ser imprecindible para el incremento de la proteína corporal asociada al crecimiento. De esta manera, si se limita la ingesta protéica se produce un retraso en el crecimiento de la persona.

En el adulto, una ingesta adecuada de proteínas mantiene la masa corporal proteica y la capacidad de adaptación a diferentes condiciones metabólicas y ambientales. La pérdida de proteínas corporales se asocia a numerosas patologías y a un aumento de la mortalidad. Cuando las pérdidas de proteínas son superiores al 30% del total de la energía corporal, la supervivencia de la persona disminuye hasta el 20%.

Las proteínas son fundamentales para el organismo

Las proteínas supones aproximadamente el 17% de la masa corporal y desempeñan funciones como:

  • Estructural, en forma de colágenos.
  • Facilitan la motivilidad, como la actina y la miosina que son proteínas que intervienen en la contracción muscular.
  • Intervienen en el transporte de numerosas sustancias en los fluidos corporales, destacando dentro de estas proteínas de transporte la hemoglobina, la transferrina, la ceruloplasmina, entre otras. También son transportadoras de sustancias a través de las membranas celulares, formando parte de los sistemas de transporte.
  • Intervienen como biocatalizadores en numerosas reacciones biológicas, donde se las conoce como enzimas.
  • Participan en la regulación del sistema inmune, destacando las inmunoglobulinas y las citokinas.
  • Actúan como reguladores en numerosos procesos de crecimiento, desarrollo y diferenciación celular, actuando como factores de crecimiento, factores de transcripción, etc.

El papel de las proteínas en la dieta vegetariana

Por todos es sabido que las principales fuentes de proteínas en la dieta son las aportadas por las carnes, los pescados, los huevos, los productos lácteos y las leguminosas. Por eso, en una dieta variada y equilibrada el aporte de proteínas está asegurado a través de la ingesta de los alimentos antes mencionados.

El problema surge cuando se opta por seguir una dieta vegetariana o vegetariana estricta, donde se rechazan los alimentos procedentes del reino animal y únicamente se consumen alimentos del reino vegetal como son verduras, hortalizas, legumbres y frutas. Se conoce que las legumbres son la mayor fuente de proteínas aportadas por los alimentos de origen vegetal, pero hay algunas verduras y hortalizas que también tienen una cantidad protéica destacable y que pueden ser consumidas con mayor frecuencia para aumentar la ingesta protéica en dietas vegetarianas.

Las 10 verduras más ricas en proteínas

  1. Ajo. Consumido en crudo, es la verdura que más cantidad de proteínas aporta, pues de cada 100 gr de ajo crudo, 5’7 gramos son proteínas. La pena es que no nos comemos el ajo en crudo, sino que lo utilizamos en pequeñas cantidades para dar más sabor a nuestras preparaciones culinarias.
  2. Col de Bruselas. El aporte de proteínas de las coles de Bruselas en crudo es de 4 gr/100 gr. Pero no las consumimos en crudo, sino que las hervimos. Durante el proceso de cocción se pierde parte de esta proteína, pasando a aportar 2’6 gramos de proteína/100 gr.
  3. Champiñón. Si tomamos los campiñones en crudo, cortados muy finitos tipo carpaccio y los agregamos a una ensalada, nos aportarán 3’5 gr de proteínas/100 gr.
  4. Maíz en mazorca. Una vez hervida la mazorca de maíz la cantidad de proteínas que contiene es de 3,4 gr/100 gr.
  5. Brécol. Tanto crudo como hervido aporta 3 gramos de proteína/100 gr.
  6. Cebollino. Bien lavado con agua abundante, troceado pequeñito y agregado en crudo a una ensalada o una sopa contiene 3 gramos de proteína/100 gr.
  7. Espinaca. Cuando las compramos en fresco y preparamos una ensalada con ellas donde las consumimos en crudo, la cantidad de proteínas que aporta es 2’9 gr/100 gr. Si optamos por compralas picadas y congeladas en crudo, esta cantidad desciende a 2’7 gr/100 gr. Una vez hervidas, la cifra disminuye hasta los 2’3 gr de proteínas/100 gr.
  8. Alcachofa. La cantidad de proteínas que contiene no disminuye con el proceso de cocción, aportando tanto cruda como hervida 2’9 gr de proteínas/100 gr.
  9. Palmito. Esta verdura suele presentarse en conserva en los supermercados. El aporte de proteínas de estas conservas es de 2’8 gr/100 gr.
  10. Coliflor. En crudo la cantidad de proteínas que contiene es de 2’4 gr/100 gr. Sin embargo una vez cocida baja hasta 2 gr de proteínas/100 gr.

10 consejos para hacer la compra semanal

10 consejos para hacer la compra semanal

¿Vas a hacer la compra semanal y vuelves con medio supermercado?

Creo que esto es un mal común. Cualquiera de nosotros, cuando vamos a un supermercado a comprar los alimentos y productos del hogar para sobrevivir toda una semana, casi siempre volvemos a casa con productos de más y dinero de menos. Son cosas que no necesitamos, pero que al momento de verlas se nos antojan y se nos hace imposible avanzar por el pasillo sin haberlas cogido…

10 Consejos para hacer una buena compra semanal

En este post quiero daros unos consejos muy simples para cuando tengáis que hacer vuestra compra semanal en un supermercado o grande superficie.

 

  1. Planificar el menú semanal con antelación. Así podréis ver qué alimentos necesitaréis a lo largo de la semana y evitaréis comprar otros menos saludables, más calóricos y más caros. Además os ahorraréis muchos quebraderos de cabeza pensando el menú del día siguiente.
  2. Revisar bien las existencias de alimentos que tenéis en el frigorífico. Vamos a procurar dar salida a los productos comprados la semana pasada antes de que se estropeen o caduquen y haya que desecharlos. ¡La comida no se tira!!!
  3. Comprobar los productos de la despensa o alacena (conservas, productos que no necesitan refrigeración, productos de limpieza del hogar, productos de higiene personal…), para que no vayamos acumulando y acumulando cosas. Vamos a ir rotando los productos para que no se nos caduquen.
  4. Hacer una lista de la compra nos puede ayudar mucho: sabremos exactamente qué alimentos y otros productos comprar, nos ahorrará tiempo y paseos por el supermercado, nos evitará comprar productos extra que realmente no necesitamos.
  5. Dividir la lista en grupos de alimentos y droguería es una buena opción para organizarnos dentro del supermercado. Así no daremos paseos para arriba y para abajo dentro del supermercado.
  6. ¡No nos salimos nunca de lo que está anotado en la lista de la compra! Si nos salimos de esta lista ¿para qué dedicamos tiempo en confeccionarla?
  7. Ir al supermercado con el estómago lleno. Tenemos que evitar ir justo antes de las comidas principales. De lo contrario siempre nos traeremos snacks, salsas, comidas precocinadas… en definitiva, alimentos más calóricos que no estaban en nuestra lista, y ni siquiera en nuestra mente.
  8. Realizar la compra una vez a la semana nos ayudará a ahorrar tiempo y nuestro bolsillo nos lo agradecerá.
  9. No te olvides nunca el bolígrafo en casa. Es importante ir tachando aquello que ya hemos añadido a nuestro carrito y ver qué nos queda aún por coger.
  10. Utilizar un esquema tipo puede ayudarte mucho en esta tarea. El esquema que ves en la imagen puedes encontrarlo dentro del Diario Saludable que EmepéDesign y Dietas y Más han desarrollado para ti. En él dividimos la lista de la compra en cinco bloques correspondientes al desayuno; medias mañanas y meriendas; frutas y verduras; productos de higiene y hogar; carnes, pescados y otros.

El color de los vegetales

Vegetales de colores

No sé qué pensáis vosotros, pero para mi es una alegría llegar a una verdulería y observar la diversidad de colores que salen de sus estantes. Los tonos verdes, naranjas, amarillos, rojos, violetas y blancos inundan estos establecimientos, como si de un arco iris se tratase. Son como un pequeño paraíso.

Pero, ¿por qué existe tanta variedad de colores dentro del mundo vegetal? Los colores de los vegetales van a venir marcados por el pigmento (compuesto fitoquímico) predominante de su piel o por la combinación de varios de ellos. De entre todos los pigmentos, podemos destacar los siguientes:

  • Clorofila: Aporta un intenso color verde a las verduras.
  • Xantofilas: Responsable del tono amarillo de algunos vegetales.
  • Carotenoides: Su tonalidad va a variar entre el rojo-anaranjado y el amarillo-anaranjado.
  • Antocianinas: Darán un color rojo, púrpura o azul dependiendo del pH de la planta.

Cada color tiene una propiedad

Efectivamente y de manera general, se puede decir que los vegetales o verduras engloblados dentro de un mismo color tienen propiedades similares, y esto es debido básicamente al pigmento o pigmentos responsables de su tonalidad.

Verde: Las verduras incluidas dentro de este grupo tienen, además de clorofila, luteína (una xantofila) que es antioxidante y refuerza la visión. En su composición también destacan el calcio, el potasio y las vitaminas C, K y ácido fólico. Son alimentos que mantienen los huesos y dientes fuertes, intervienen en la síntesis de material genético, en la formación de anticuerpos y de glóbulos rojos y blancos.

Naranja: Su contenido en betacaroteno, alfacaroteno y vitamina C nos ayuda a conservar la visión, a tener una piel sana y a reforzar el sistema inmunológico al ser potentes antioxidantes.

Rojo: Predominan los compuestos fitoquímicos como el licopeno y las antocianinas. Mejoran la salud del corazón, la agudeza visual y el comportamiento cognitivo, y disminuyen el riesgo de padecer cáncer de próstata.

Violeta: Estos vegetales contienen antioxidantes y compuestos fitoquímicos que combaten el envejecimiento celular, disminuyen el riesgo de cáncer y preservan la memoria.

Blanco: Los altos niveles de potasio y fitoquímicos ayudan a reducir los niveles de colesterol y bajar la presión sanguínea. Además contribuyen a prevenir la diabetes mellitus.

Por eso, llenar nuestros platos con los colores de las verduras no sirve sólo para hacerlos más atractivos o llamativos, sino que también haremos que nuestra alimentación sea más variada y además estaremos fortaleciendo nuestro cuerpo y previniendo la aparición de enfermedades.

Haz ensaladas muy coloridas, con gran variedad de vegetales crudos, o saltea todo tipo de verduras en una sartén con un poco de aceite de oliva, ásalas en el horno… hay mil maneras de disfrutar de las verduras y hortalizas, por separado o combinadas con otras. Hazlo como más te guste y ya sabes, ¡pinta tu plato a todo color!

Zumo o néctar, conoce todas las diferencias

No todo lo que brilla es “zumo”

En verano, quizás más que en otras épocas del año, nos suele apetecer beber un vaso de zumo fresquito para refrescarnos mientras estamos en la piscina, en la playa o, si tenemos menos suerte, en casa o el trabajo.

Como siempre os vengo aconsejando, lo ideal es elaborar nuestro propio zumo de fruta recién exprimida. Ganaremos sin duda alguna en sabor, valor nutricional y costo. Pero es verdad que a veces la falta de tiempo, de ganas de ensuciar electrodomésticos o de disponibilidad de fruta para exprimir hace que optemos por comprar los “zumos” ya exprimidos y envasados.

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Por esto hay que estar muy atentos a qué estamos comprando realmente, pues en los estantes de los supermercados podemos encontrar una infinita variedad de estos productos bajo diferentes etiquetados: 100% exprimido, néctar, de concentrado, con leche… Lo importante a la hora de comprar un zumo envasado no es la marca bajo la cual se venda el zumo, ni la campaña publicitaria que hay detrás, ni el precio al que se vende. Lo realmente importante es saber qué estamos buscando y qué estamos comprando, porque si no conocemos bien las diferencias entre estas bebidas, lo más probable es que finalmente compremos el producto equivocado.

Conoce las diferencias entre los distintos tipos de “zumos” envasados

Zumo 100% exprimido. Se trata de un zumo que se obtiene directamente de la fruta, la cual es sometida a un proceso de extrusión o prensado en frío para obtener su jugo. Es lo más parecido a un zumo de fruta natural y en algunas ocasiones hasta podemos encontrar algún resto de pulpa de la fruta. No contienen azúcares añadidos, sólo los azúcares procedentes de la fruta. Suelen ser los zumos de gama más alta, por su valor nutricional, su sabor y su precio, aunque algunas marcas blancas (como Día) disponen de zumos 100% exprimidos a un muy buen precio.

Zumo a base de concentrado. Se suele obtener de frutas procedentes de países donde la producción y la mano de obra son muy baratas. Su elaboración es a partir de un concentrado de zumo, es decir, a partir de un zumo al que se le ha quitado parte de su contenido en agua. De esta manera, el zumo concentrado es más fácil de transportar de un continente a otro del planeta. Una vez está el zumo concentrado en la planta de producción, se le añade agua potable hasta volver a tener una consistencia y concentración nutricional similar a la inicial. Se le suelen añadir aromas y pulpa para que nos recuerde mucho más a un zumo natural.

Néctar. De manera general, se preparan a partir de un concentrado de zumo al 50%, donde el otro 50% suele ser agua y azúcares añadidos o edulcorantes artificiales. Además a los néctares se les pueden añadir aromas y pulpa de fruta. A veces su precio es más elevado que el de un zumo 100% exprimido, pero debemos saber que estaremos pagando agua al precio de zumo.

Bebida de fruta y leche. Estas bebidas fueron lanzados al mercado hace unos años, donde tuvieron una gran acogida sobre todo por el público infantil. ¿Zumo + leche? ¡Fantástico! Pero nada más lejos de la realidad. En su composición aparecen fundamentalmente agua y azúcares añadidos, y en menor proporción el zumo y la leche, llegando a valores que a veces no superan el 30% del total. Por esto no debemos considerar estas bebidas como buenas nutricionalmente hablando, si no que estarían englobadas dentro de los refrescos comunes.

El zumo, mejor hecho en casa

La verdad es que no hay nada mejor que un buen zumo recién exprimido en casa, con el exprimidor de toda la vida o con las sofisticadas licuadoras que hacen maravillas y nos permiten elaborar zumos de cualquier fruta, verdura y hortaliza.

Los zumos hechos en casa son los que mayor valor nutricional van a tener, pues conservarán el 100% de sus vitaminas y minerales, y además nos permitirán tomar toda la fibra alimenticia que contiene su pulpa.

¿Te apetece un buen zumo?

Receta de bacalao con pimientos y cebolla

Resumen

Esta receta de bacalao con pimientos y cebolla es ideal para aquellos que necesitan controlar su colesterol y su glucosa, y para los que padecen de digestiones pesadas y lentas. Nos aporta una buena cantidad de proteínas de alto valor biológico y mucho potasio, fundamentales para el cuerpo humano.

3.7

Ingredientes para cuatro personas

  • 4 trozos de bacalao desalado.
  • 1 pimiento rojo.
  • 4 pimientos verdes.
  • 2 cebollas medianas (mucho mejor si son cebollas frescas).
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Vino blanco.
  • Sal.

Elaboración

  • Pon un poco de aceite de oliva a calentar en una cazuela.
  • Limpia, lava y corta la cebolla en juliana.
  • Agrega la cebolla en la cazuela para que vaya pochando a fuego medio.
  • Lava y corta en trocitos los pimientos, tanto el rojo como los verdes.
  • Una vez que la cebolla esté un poco pochada, agrega los pimientos a la cazuela.
  • Añade un poco de sal a las verduras y deja cocinar a fuego suave durante unos 10 minutos. Como se ha utilizado poco aceite de oliva para cocinar la verdura, se aconseja tapar la cazuela mientras la verdura se pocha. Así, conseguiremos que la verdura se cocine con su propio jugo y quede mucho más sabrosa.
  • Pasados esos 10 minutos, es hora de incorporar el bacalao a la preparación. Simplemente colócalo sobre la cama de verduras pochadas, sazona ligeramente y añade un poco de vino blanco, que dará mucho sabor.
  • Deja evaporar un poco el alcohol del vino blanco y vuelve a tapar la cazuela. Mantén el fuego suave durante unos 20-30 minutos (en función del punto de cocción deseado del pescado). Es importante mover de vez en cuando la cazuela para que no se peguen las verduras.
  • Cuando el bacalao está en el punto de cocción preferido, destapa la cazuela y deja que se consuma un poco el jugo que han soltado tanto las verduras como el pescado.
  • Se debe servir en caliente.

Valoración nutricional

En esta ocasión, hemos elegido una receta de bacalao con pimientos y cebolla muy fácil de preparar, con pocos ingredientes, pero llena de sabor y jugosidad. Es muy importante cuidar el punto de cocción del bacalao, para que no se pase demasiado y quede muy reseco, lo que afectaría a su palatabilidad y a su sabor.

Veamos su valor nutricional:

  • Energía: La cantidad de calorías aportadas por este plato va a depender fundamentalmente de la ración de pescado que comamos y de la cantidad de aceite de oliva utilizado para su preparación. Si moderamos la cantidad de aceite utilizada a una cucharada sopera y nos servimos un trozo de pescado no más grande que la palma de una mano (alrededor de 125-150 gramos), un plato de este bacalao con pimientos y cebolla no nos aporta más de 200 Kcal.
  • Hidratos de carbono: Fundamentalmente en forma de fibra alimentaria, contenida en las verduras utilizadas.
  • Proteínas: El bacalao es una muy buena fuente proteica, pues cada 100 gramos de este pescado, 32’5 gramos son proteína. Además se trata de proteínas de alto valor nutricional por su composición en aminoácidos y de muy fácil digestión, por lo que será ideal para personas con problemas digestivos, reflujo gástrico, dispepsia.
  • Lípidos: Su cantidad no es muy elevada, estando condicionada por el aceite de oliva utilizado. El bacalao desalado contiene tan solo 0’9 gramos de lípidos por cada 100 gramos de bacalao, una cantidad casi despreciable. Los ácidos grasos mayoritarios presentes en esta receta de bacalao son los AGPI, tanto del bacalao como del aceite de oliva. El aporte de colesterol no es muy elevado, alrededor de 50 mg de colesterol por cada plato o ración.
  • Vitaminas: El bacalao no es un buena fuente vitamínica y la única vitamina que podemos destacar es la niacina o vitamina B3 (aunque tampoco en gran cantidad). Ésta B3 ayuda al funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios, y además interviene en el metabolismo energético. Otras vitaminas que destacan y que están contenidas en el aceite de oliva y los vegetales son el ácido fólico, los carotenoides y la vitamina E.
  • Minerales: Sobre todo destaca el contenido en potasio, que es imprescindible para el organismo por ser necesario para producir proteínas, utilizar los carbohidratos, desarrollar los músculos, mantener el crecimiento del cuerpo, controlar la actividad eléctrica del corazón y mantener el equilibrio ácido-base.

¿Cómo podemos mejorar este plato?

Como he mencionado más arriba, una buena forma de hacer que este plato sea saludable, es controlando la cantidad de aceite de oliva utilizado y la ración de bacalao. Si respetamos las cantidades estamos ante un plato perfecto para una cena, donde no hay carbohidratos ni grasas y cuyas proteínas son de muy fácil digestión, no resultando nada pesado para tomar un rato antes de irnos a la cama.

Si queremos tomarlo como plato principal para un almuerzo, podemos elaborar como entrante un buen gazpacho de tomate o preparar una ensalada de hojas verdes, ya sea lechuga, rúcula, canónigos, acelgas… De esta manera estaremos aumentando la ingesta de fibra, vitaminas y minerales en nuestro almuerzo y será aún más nutritivo.

¡Buen provecho!!